Arquitectura paisajista: De frente al río
El contexto
La casa es una obra de arquitectura de Mario Roberto Álvarez, de los años 70, en un terreno con barranca y vista al Río de la Plata. El jardín se hizo prácticamente a nuevo, respetando la pileta existente, la cancha de tenis, los canteros de la huerta, el invernáculo y, en el frente, la rampa de acceso al garaje y el piso de ladrillo de media rotonda.
Se pudo trabajar con mucha libertad. Los requisitos fueron: agua en la zona de la entrada, plantas con perfume, flores de corte y una pequeña huerta cerca de la cocina. La vista al río era la prioridad. Se respetaron casi todos los árboles existentes, un alcanforero y una grevillea en la zona de entrada y un gran palo borracho y grevilleas en el contrafrente.
La propuesta
En cuanto al lenguaje formal, el proyecto de paisajismo tiene dos posturas. Un lenguaje "escucha" a la casa, a su gran volumetría, a su forma curva para ganar visuales al río, a las rayas horizontales de vigas de hormigón blanco que flotan sobre rayas negras que coinciden con los vanos, tan características de la arquitectura de Álvarez. Los detalles de alta calidad de la casa se repiten en el jardín, como la unión de dos materiales con buñas y terminaciones de acero.
El otro lenguaje "escucha" al terreno, la sensibilidad de la barranca y su cercanía al río, con su clima más subtropical. A medida que nos alejamos de la casa, y nos acercamos al río, la plantación se va aflojando. Las zonas en desnivel fueron plantadas en su totalidad. Así, el jardín ganó en la multiplicidad de visiones, de abajo, de arriba, del costado.
El acceso se encuentra en el lado cóncavo que forma el volumen de la casa. Originalmente se entraba por una rotonda de ladrillos, y los autos quedaban frente a la ventana del living. El centro de la rotonda no coincidía con el eje de la puerta. Por eso, se pensó un espacio de estar circular, con un estanque también circular. Es el punto focal y refleja un alcanforero existente.
El frente de la casa está encerrado en sí mismo, dejando apenas entrever el río. El contrafrente es lo opuesto. La forma del solado copia la curvatura de la casa y se abre en forma de cuña hacia el río, enfatizando el retranqueo de la casa, que luego se va ampliando en las áreas de césped. Los canteros, en forma de franjas paralelas a la construcción, siguen la idea de rayas oscuras y claras, y copiando la arquitectura, algunas terminan antes y otras son más largas.
Las primeras franjas, contra la casa, son de plantas más esculturales, como Crinum asiaticum sobre una alfombra de Zoysia matrella. Le sigue una franja oscura de jazmín de leche rastrero y una franja de plumbago blanco.
A mitad de camino hacia el río se encuentra un palo borracho que condicionó el color de la plantación del área con arbustos de floración rosada, como los hibiscos, las rosas ‘Abraham Darby’ y el Plectranthus vehrii, de hoja violeta.
A esta altura se construyeron dos escalones. Son dos vigas de hormigón con buñas, iguales a las de Álvarez, que se entierran y conforman el basamento de la casa en el jardín. La construcción se desmaterializa y la plantación se afloja a medida que nos acercamos al río.
El acceso al sector de la parrilla y la pérgola se modificó por completo, con una escalera nueva que acompaña la curvatura de la casa, con escalones color piedra París que "vuelan" sobre una base negra. A la escalera la acompaña una franja de plumbagos blancos que continúa en el área de la pileta, en forma interrumpida, para desmaterializar los escalones. Al bajar, hay una medianera como fondo. Para disimularla, se colocó un espejo que vuela sobre el piso y logra que, desde el interior de la casa, la vista se multiplique y el lugar gane en luminosidad y amplitud. Todas las intervenciones se hicieron pensando en repetir los efectos de la arquitectura.
La pileta se encuentra más arriba del nivel de la pérgola. Para evitar la sensación de opresión en el lugar, se construyeron cuatro escalones de color piedra París que también "vuelan" sobre un basamento negro y, para alivianarlos aun más, se dejaron franjas de 20 cm plantadas con zoysia. Cada escalón termina en una línea distinta, alguno coincide con de las aberturas y otros coinciden con el nivel del agua, cosa que logra disimular que la pileta no respeta las líneas de la casa. Por la misma razón, se hizo una plantación en abanico, que hace de fuelle entre la pileta y el sector principal de césped. Son tres paños en el desnivel, que se abren desde la casa hacia el río, dos de Pittosporum tobira nana y el central de rosas. Del otro lado de la pileta se repiten los pitosporum con un fondo de hibiscos que se encontraban en distintas partes del jardín original.
En el fondo de la pileta se plantó un bosquecito de jacarandá para un sector de sombra, donde franjas de plantas avanzan sobre el solado. La plantación va aflojándose. Se proponen Plectranthus neochilus en las zonas de sol y Plectranthus ambiguus en las zonas de sombra. La floración también se alterna, florecen en primavera los primeros y los segundos en otoño. También aparecen crinums y, en el fondo, tapando la huerta, arbustos como tibouchinas y fuchsias. El uso de espejos y de esculturas da un aspecto alegre, liviano y contemporáneo.
El sector de césped termina en la barranca. En una de las esquinas hay un círculo a modo de mirador, donde puede apreciarse la espectacular vista al río o ver un partido de tenis desde esa altura. Se diseñó un asiento semicircular rodeado de gardenias, con su perfume, a la sombra de los jacarandá.
La barranca fue plantada en su totalidad con Plectranthus ambiguus y Plectranthus neochilus con el mismo criterio de sol y sombra y floración alternada que en la pileta. Esta plantación es más informal y está interrumpida por Paspalum haumanii, restios, fuchsias (del jardín original) y plumerias cerca de los senderos.
La realización
Ésta tuvo distintas etapas. La primera fue la de "arquitectura del jardín", la más compleja y lenta. Hubo que desarmar escaleras, solados, etc. Se trabajó con muchos desniveles, desagües pluviales complejos, contenciones de material y de madera. En el sector de acceso se construyó el estanque con rebalse, terminaciones de acero y recirculación. Otras propuestas: los solados alrededor de la casa, los sectores de piedrita y sus contenciones más la escalera que baja hacia la pérgola (hubo que curvar lo que existía y completar lo que faltaba). También se construyó la pared que la flanquea, con la viga de hormigón. Todo fue hecho a medida, igual que el solado y los escalones de la pileta.
Luego vino la etapa de limpieza. Después, la nivelación y contención de canteros en zonas más alejadas de la casa (con tablas de madera dura por los grandes desniveles). Se agregó tierra buena y compost en los canteros y se plantaron las herbáceas, arbustos y los ejemplares de jacarandá. Se reacondicionó el riego y se hizo la instalación eléctrica para la iluminación.
Obra: Jardín familiar
Proyecto de Paisajismo: Piti Navajas, Silvia Araya
Año de Ejecución: 2007
Superficie: 4.600 m²
Fotos: Ángela Copello
FUENTE: BLOGYDECO
La casa es una obra de arquitectura de Mario Roberto Álvarez, de los años 70, en un terreno con barranca y vista al Río de la Plata. El jardín se hizo prácticamente a nuevo, respetando la pileta existente, la cancha de tenis, los canteros de la huerta, el invernáculo y, en el frente, la rampa de acceso al garaje y el piso de ladrillo de media rotonda.
Se pudo trabajar con mucha libertad. Los requisitos fueron: agua en la zona de la entrada, plantas con perfume, flores de corte y una pequeña huerta cerca de la cocina. La vista al río era la prioridad. Se respetaron casi todos los árboles existentes, un alcanforero y una grevillea en la zona de entrada y un gran palo borracho y grevilleas en el contrafrente.
La propuesta
En cuanto al lenguaje formal, el proyecto de paisajismo tiene dos posturas. Un lenguaje "escucha" a la casa, a su gran volumetría, a su forma curva para ganar visuales al río, a las rayas horizontales de vigas de hormigón blanco que flotan sobre rayas negras que coinciden con los vanos, tan características de la arquitectura de Álvarez. Los detalles de alta calidad de la casa se repiten en el jardín, como la unión de dos materiales con buñas y terminaciones de acero.
El otro lenguaje "escucha" al terreno, la sensibilidad de la barranca y su cercanía al río, con su clima más subtropical. A medida que nos alejamos de la casa, y nos acercamos al río, la plantación se va aflojando. Las zonas en desnivel fueron plantadas en su totalidad. Así, el jardín ganó en la multiplicidad de visiones, de abajo, de arriba, del costado.
El acceso se encuentra en el lado cóncavo que forma el volumen de la casa. Originalmente se entraba por una rotonda de ladrillos, y los autos quedaban frente a la ventana del living. El centro de la rotonda no coincidía con el eje de la puerta. Por eso, se pensó un espacio de estar circular, con un estanque también circular. Es el punto focal y refleja un alcanforero existente.
La plantación que remeda las líneas blancas y negras de la casa comienza en la zona de acceso, en forma concéntrica a partir del estanque negro rodeado de un plano inclinado de piedritas blancas, luego un semicírculo verde oscuro de jazmín de leche (que protege este lugar de la vista de los autos) y un abanico de pitosporum, seguido de una franja plateada de Plectranthus argentea y una oscura de Plectranthus ambiguus.
El acceso a la casa no es directo, sino que va descubriéndose a través de pantallas (de jazmín de leche y pitosporum) que lo ocultan. Hay que rodear el estanque; un volumen vertical cilíndrico cubierto de ampelopsis marca la entrada y neutraliza la horizontalidad de la construcción.
El acceso a la casa no es directo, sino que va descubriéndose a través de pantallas (de jazmín de leche y pitosporum) que lo ocultan. Hay que rodear el estanque; un volumen vertical cilíndrico cubierto de ampelopsis marca la entrada y neutraliza la horizontalidad de la construcción.
El frente de la casa está encerrado en sí mismo, dejando apenas entrever el río. El contrafrente es lo opuesto. La forma del solado copia la curvatura de la casa y se abre en forma de cuña hacia el río, enfatizando el retranqueo de la casa, que luego se va ampliando en las áreas de césped. Los canteros, en forma de franjas paralelas a la construcción, siguen la idea de rayas oscuras y claras, y copiando la arquitectura, algunas terminan antes y otras son más largas.
Las primeras franjas, contra la casa, son de plantas más esculturales, como Crinum asiaticum sobre una alfombra de Zoysia matrella. Le sigue una franja oscura de jazmín de leche rastrero y una franja de plumbago blanco.
A mitad de camino hacia el río se encuentra un palo borracho que condicionó el color de la plantación del área con arbustos de floración rosada, como los hibiscos, las rosas ‘Abraham Darby’ y el Plectranthus vehrii, de hoja violeta.
A esta altura se construyeron dos escalones. Son dos vigas de hormigón con buñas, iguales a las de Álvarez, que se entierran y conforman el basamento de la casa en el jardín. La construcción se desmaterializa y la plantación se afloja a medida que nos acercamos al río.
El acceso al sector de la parrilla y la pérgola se modificó por completo, con una escalera nueva que acompaña la curvatura de la casa, con escalones color piedra París que "vuelan" sobre una base negra. A la escalera la acompaña una franja de plumbagos blancos que continúa en el área de la pileta, en forma interrumpida, para desmaterializar los escalones. Al bajar, hay una medianera como fondo. Para disimularla, se colocó un espejo que vuela sobre el piso y logra que, desde el interior de la casa, la vista se multiplique y el lugar gane en luminosidad y amplitud. Todas las intervenciones se hicieron pensando en repetir los efectos de la arquitectura.
La pileta se encuentra más arriba del nivel de la pérgola. Para evitar la sensación de opresión en el lugar, se construyeron cuatro escalones de color piedra París que también "vuelan" sobre un basamento negro y, para alivianarlos aun más, se dejaron franjas de 20 cm plantadas con zoysia. Cada escalón termina en una línea distinta, alguno coincide con de las aberturas y otros coinciden con el nivel del agua, cosa que logra disimular que la pileta no respeta las líneas de la casa. Por la misma razón, se hizo una plantación en abanico, que hace de fuelle entre la pileta y el sector principal de césped. Son tres paños en el desnivel, que se abren desde la casa hacia el río, dos de Pittosporum tobira nana y el central de rosas. Del otro lado de la pileta se repiten los pitosporum con un fondo de hibiscos que se encontraban en distintas partes del jardín original.
En el fondo de la pileta se plantó un bosquecito de jacarandá para un sector de sombra, donde franjas de plantas avanzan sobre el solado. La plantación va aflojándose. Se proponen Plectranthus neochilus en las zonas de sol y Plectranthus ambiguus en las zonas de sombra. La floración también se alterna, florecen en primavera los primeros y los segundos en otoño. También aparecen crinums y, en el fondo, tapando la huerta, arbustos como tibouchinas y fuchsias. El uso de espejos y de esculturas da un aspecto alegre, liviano y contemporáneo.
El sector de césped termina en la barranca. En una de las esquinas hay un círculo a modo de mirador, donde puede apreciarse la espectacular vista al río o ver un partido de tenis desde esa altura. Se diseñó un asiento semicircular rodeado de gardenias, con su perfume, a la sombra de los jacarandá.
La barranca fue plantada en su totalidad con Plectranthus ambiguus y Plectranthus neochilus con el mismo criterio de sol y sombra y floración alternada que en la pileta. Esta plantación es más informal y está interrumpida por Paspalum haumanii, restios, fuchsias (del jardín original) y plumerias cerca de los senderos.
La realización
Ésta tuvo distintas etapas. La primera fue la de "arquitectura del jardín", la más compleja y lenta. Hubo que desarmar escaleras, solados, etc. Se trabajó con muchos desniveles, desagües pluviales complejos, contenciones de material y de madera. En el sector de acceso se construyó el estanque con rebalse, terminaciones de acero y recirculación. Otras propuestas: los solados alrededor de la casa, los sectores de piedrita y sus contenciones más la escalera que baja hacia la pérgola (hubo que curvar lo que existía y completar lo que faltaba). También se construyó la pared que la flanquea, con la viga de hormigón. Todo fue hecho a medida, igual que el solado y los escalones de la pileta.
Luego vino la etapa de limpieza. Después, la nivelación y contención de canteros en zonas más alejadas de la casa (con tablas de madera dura por los grandes desniveles). Se agregó tierra buena y compost en los canteros y se plantaron las herbáceas, arbustos y los ejemplares de jacarandá. Se reacondicionó el riego y se hizo la instalación eléctrica para la iluminación.
Obra: Jardín familiar
Proyecto de Paisajismo: Piti Navajas, Silvia Araya
Año de Ejecución: 2007
Superficie: 4.600 m²
Fotos: Ángela Copello
FUENTE: BLOGYDECO
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