Fusión de estilos en Tandil
La casa de la diseñadora de indumentaria Nuria Cobeaga es el fruto de su pasión por lo folclórico de cada país y del tiempo para meditarlo.
"Contraté a la decoradora Analía Zubieta, con quien pegué una onda increíble y de quien hoy soy amiga y socia. Ella me ayudó sobre todo con el tema de la casa. Me frenó en mi fijación por lo hindú y me hizo incluir otras cosas, como las sillas del comedor, la cocina o del estudio . Por mi profesión, creo que mi mayor aporte fue la elección de los géneros."
"De a poco, fui armando un libraco con los recortes de revista de todas las cosas que me gustaban. Así empecé a armar el rompecabezas. Además, hubo un momento al principio de la obra en el que tuve que hacer reposo. Me vi forzada a quedarme quieta, y me dediqué a bucear en los sitios web de los negocios, algo que ayuda mucho , tanto si no te querés mover de tu casa como si vivís fuera de Buenos Aires. Lo que me quedó claro es en que en el no hacer, muchas veces se te ocurren ideas increíbles".
Los jardines aterrazados (paisajista Mariana Rossi) marcan un acceso paulatino que se vincula con el entorno y con la historia asociada al estilo de la fachada.
Sillones franceses, mesa de campo, tapices hindúes, cerámica mexicana y lámparas chinas. Ventilador y puf de yute.
La mesa cubierta por un antiguo mantel hindú está rodeada por sillas de playa que Nuria compró en la Av. Luro y luego pintó de turquesa
Sobre el sillón de 3m, diseño de la decoradora Analía Zubieta, almohadones hechos con la técnica hand&stich, típicos de Jaipur.
En la cocina, roja y con muebles laqueados en blanco, la combinación de colores se cierra con el negro de las mesadas de granito y las sillas de Robin y Lucienne Day
En este cuarto infantil, camas antiguas pintadas de blanco con almohadones hechos a partir de mantas del Norte (Alta Puna) y acolchados blockprint en distintos tonos
La puerta de hierro con vidrios de colores en el cuarto de la más chiquita perteneció al edificio donde funcionó el primer diario de Tandil
El cuarto principal está comunicado con un patio seco interior mediante puertas antiguas como en el resto de la casa, una va hacia un jardín seco interior
El baño en suite, con el jacuzzi y la pared sobre la fila de ventanas revestidos en venecitas de un atractivo verde.
Cerca de la parrilla donde reina la calidez dada por los accesorios, dos hamacas de mimbre hacen más cómoda la espera para la hora del almuerzo
Sector de relax, con un banco de material suavizado por una multitud de almohadones blockprint y complementado por reposeras vietnamitas
FUENTE: BLOGYDECO
La casa de la diseñadora Nuria Cobeaga pone a la vista sus gustos más personales, usando esta última palabra en el sentido de que verdaderamente la revelan. Cuando le preguntamos el porqué de la presencia de lo hindú, se quedó en silencio unos segundos antes de contestar: "No sé, es casi una obsesión". Tanto es así que, al armar sus modelos, todo lo hace a partir de saris o desarmando kurtas (un traje típicamente hindú usado sobre todo por los varones).
"Contraté a la decoradora Analía Zubieta, con quien pegué una onda increíble y de quien hoy soy amiga y socia. Ella me ayudó sobre todo con el tema de la casa. Me frenó en mi fijación por lo hindú y me hizo incluir otras cosas, como las sillas del comedor, la cocina o del estudio . Por mi profesión, creo que mi mayor aporte fue la elección de los géneros."
Desde luego, el gusto de Nuria por lo étnico no tiene nada de superficial. Hay mucho que se ha hecho carne, como su hábito del yoga o los viajes a destinos que siente enriquecedores.
"Profundizo en lo que tienen de autóctono, original y artesanal las culturas, sea la india, la guatemalteca o mexicana, tanto da."
Madre de dos hijos chicos, Nuria encaró la construcción de esta casa en el barrio golf de Tandil hace cuatro años. Si bien se llegó relativamente pronto a la imagen que tendría que proyectar desde afuera, decidir cómo ambientarla tomó su tiempo.
"Profundizo en lo que tienen de autóctono, original y artesanal las culturas, sea la india, la guatemalteca o mexicana, tanto da."
Madre de dos hijos chicos, Nuria encaró la construcción de esta casa en el barrio golf de Tandil hace cuatro años. Si bien se llegó relativamente pronto a la imagen que tendría que proyectar desde afuera, decidir cómo ambientarla tomó su tiempo.
"De a poco, fui armando un libraco con los recortes de revista de todas las cosas que me gustaban. Así empecé a armar el rompecabezas. Además, hubo un momento al principio de la obra en el que tuve que hacer reposo. Me vi forzada a quedarme quieta, y me dediqué a bucear en los sitios web de los negocios, algo que ayuda mucho , tanto si no te querés mover de tu casa como si vivís fuera de Buenos Aires. Lo que me quedó claro es en que en el no hacer, muchas veces se te ocurren ideas increíbles".
Los jardines aterrazados (paisajista Mariana Rossi) marcan un acceso paulatino que se vincula con el entorno y con la historia asociada al estilo de la fachada.
Sillones franceses, mesa de campo, tapices hindúes, cerámica mexicana y lámparas chinas. Ventilador y puf de yute.
La mesa cubierta por un antiguo mantel hindú está rodeada por sillas de playa que Nuria compró en la Av. Luro y luego pintó de turquesa
Sobre el sillón de 3m, diseño de la decoradora Analía Zubieta, almohadones hechos con la técnica hand&stich, típicos de Jaipur.
En la cocina, roja y con muebles laqueados en blanco, la combinación de colores se cierra con el negro de las mesadas de granito y las sillas de Robin y Lucienne Day
En este cuarto infantil, camas antiguas pintadas de blanco con almohadones hechos a partir de mantas del Norte (Alta Puna) y acolchados blockprint en distintos tonos
La puerta de hierro con vidrios de colores en el cuarto de la más chiquita perteneció al edificio donde funcionó el primer diario de Tandil
El cuarto principal está comunicado con un patio seco interior mediante puertas antiguas como en el resto de la casa, una va hacia un jardín seco interior
El baño en suite, con el jacuzzi y la pared sobre la fila de ventanas revestidos en venecitas de un atractivo verde.
Cerca de la parrilla donde reina la calidez dada por los accesorios, dos hamacas de mimbre hacen más cómoda la espera para la hora del almuerzo
Sector de relax, con un banco de material suavizado por una multitud de almohadones blockprint y complementado por reposeras vietnamitas
FUENTE: BLOGYDECO
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