Una posada con estilo rústico y despojado
A 6 km de La Pedrera, en Uruguay, y a pocas cuadras de una playa de vastedad inverosímil, la posada San Antonio se alza, solitaria, en medio del bosque.
La realización de la posada San Antonio es obra de sus dueños, David Tezanos Pinto y María Macaggi, que partieron de Buenos Aires para instalarse allí de forma permanente junto con sus dos hijas. La serenidad que los cautivó es la que brindan a sus huéspedes, por ejemplo, en cuartos sin teléfono (aunque con wi-fi) y con decks que crean una circulación independiente.
"La casa se hizo tomando como referencia una carpintería de chapa inglesa y estructura de pino tea de principios de siglo pasado, ubicada en el terreno. Tras desarmarla, se rescataron postes y tablas, y se completó el resto con materiales de la zona y, sobre todo, con la ayuda de gente del lugar, como el constructor Enrique Pereyra o el artesano Federico Silva", nos cuenta David.
Cada habitación tiene salida independiente al exterior desde su propio deck, los cuales están protegidos por una pérgola de varillas, equipados con camastros
Plenitud es la palabra. Pleno campo e inmensas playas desiertas, donde el latir oceánico se hace sentir en toda su potencia.
Un secreto bastante bien guardado, San Antonio ya ha sido descubierta por pocos, pero de todas latitudes, como el fotógrafo y cronista mallorquín Tomeu Ozonas, que vive en Buenos Aires desde 2003 y encontró en este paraje "un lugar que suple la Mallorca perdida, la de hace cuarenta años".
La pileta está rodeada por un gran deck, donde es frecuente que los huéspedes se sienten a desayunar.
Frente a la chimenea, mesa baja y sillones de estilo traídos de Buenos Aires, tapizados en pana y con almohadones de género gamuzado
Entrando desde la galería se llega al living-comedor, los espacios comunes, ambientados con cálidos colores tierra para armonizar tanto con los pisos
En el comedor, bancos hechos con tablas sobrantes de la obra (Federico Silva y David Tezanos Pinto) con almohadones de espuma de alta densidad
La planta baja de uno de los dormitorios, que, como la de los demás, tiene salida a su propio deck
La cama (Federico Silva) fue hecha con madera sobrante de obra es la estrella del ambiente. Sábanas blancas de Casa Simger y mantas de polar de Tiendas Montevideo
Creo que el tamaño y diseño son perfectos para nosotros: tiene lo necesario, si antes se ha hecho el ejercicio de despojarse de lo que no es importante. Casi cada tarde viene alguien a curiosear –mientras se le escapa un «esto no es Punta»–, y a la noche aparece Mario para hacerse cargo de la cocina: la disfrutamos tanto que casi siempre nos quedamos".
FUENTE: BLOGYDECO
La realización de la posada San Antonio es obra de sus dueños, David Tezanos Pinto y María Macaggi, que partieron de Buenos Aires para instalarse allí de forma permanente junto con sus dos hijas. La serenidad que los cautivó es la que brindan a sus huéspedes, por ejemplo, en cuartos sin teléfono (aunque con wi-fi) y con decks que crean una circulación independiente.
"La casa se hizo tomando como referencia una carpintería de chapa inglesa y estructura de pino tea de principios de siglo pasado, ubicada en el terreno. Tras desarmarla, se rescataron postes y tablas, y se completó el resto con materiales de la zona y, sobre todo, con la ayuda de gente del lugar, como el constructor Enrique Pereyra o el artesano Federico Silva", nos cuenta David.
Cada habitación tiene salida independiente al exterior desde su propio deck, los cuales están protegidos por una pérgola de varillas, equipados con camastros
Plenitud es la palabra. Pleno campo e inmensas playas desiertas, donde el latir oceánico se hace sentir en toda su potencia.
Un secreto bastante bien guardado, San Antonio ya ha sido descubierta por pocos, pero de todas latitudes, como el fotógrafo y cronista mallorquín Tomeu Ozonas, que vive en Buenos Aires desde 2003 y encontró en este paraje "un lugar que suple la Mallorca perdida, la de hace cuarenta años".
La pileta está rodeada por un gran deck, donde es frecuente que los huéspedes se sienten a desayunar.
Frente a la chimenea, mesa baja y sillones de estilo traídos de Buenos Aires, tapizados en pana y con almohadones de género gamuzado
Entrando desde la galería se llega al living-comedor, los espacios comunes, ambientados con cálidos colores tierra para armonizar tanto con los pisos
Instalado en la posada con su mujer y su hija, como cada verano, nos cuenta: "Uno de sus encantos es que sólo llega el que le pone ganas, pues no hay indicaciones (preguntar a un vecino es una de las formas). Si se llega de noche, se topa uno con el otro: el de la luz de las velas y la penumbra, que obliga a imaginar más que a ver.
En el comedor, bancos hechos con tablas sobrantes de la obra (Federico Silva y David Tezanos Pinto) con almohadones de espuma de alta densidad
La planta baja de uno de los dormitorios, que, como la de los demás, tiene salida a su propio deck
La cama (Federico Silva) fue hecha con madera sobrante de obra es la estrella del ambiente. Sábanas blancas de Casa Simger y mantas de polar de Tiendas Montevideo
Creo que el tamaño y diseño son perfectos para nosotros: tiene lo necesario, si antes se ha hecho el ejercicio de despojarse de lo que no es importante. Casi cada tarde viene alguien a curiosear –mientras se le escapa un «esto no es Punta»–, y a la noche aparece Mario para hacerse cargo de la cocina: la disfrutamos tanto que casi siempre nos quedamos".
El baño está en la planta baja del dormitorio. La estructura que soporta la bacha de loza Olmos y el marco del espejo están hechos con pino tea reciclada.
FUENTE: BLOGYDECO
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