Casa en Gerés - Graça Correia y Roberto Ragazzi
El proyecto busca reconstruir y ampliar una ruina existente para convertirla en una casa en un terreno con características morfológicas extraordinarias, frente al río Cavado y un afluente. El terreno, de 4060 m2, se ubica en una zona protegida por lo que no se podía botar ningún árbol. Sin embargo, existía una construcción de concreto desde donde operar.
La superficie de la casa era inevitablemente pequeña, condicionada por la ruina existente. Por este motivo los primeros croquis de la casa aparecen siempre dependiendo de la ruina… La primera solución presentada, apuntaba a una delicada construcción de madera y ahí surge una nueva condicionante por parte de los clientes – la casa debía ser construida en concreto, “porque los terrenos son muy húmedos, se producen derrumbes con las lluvias invernales, por lo que la casa debe ser muy resistente…”
En tanto, una decisión fundamental reveló la orientación de la casa. Su implantación final, perpendicular a las cotas de nivel busca una mejor relación con el terreno y la plataforma donde se posa, manteniendo intactos los árboles y las zonas circundantes. Esta leve intervención se ve acentuada por el voladizo sobre el acantilado hacia el río, que maximiza la transparencia hacia el rio y reduce la intervención en el terreno.
La casa aparece como un barco encallado, en una referencia dialéctica con la Casa Malaparte de Adalberto Libera. El sistema constructivo parte de las embarcaciones y como referencia a la mesa Less de Jean Nouvel.
Por el hecho de estar semi enterrada en su acceso principal, se disminuye su percepción. Por el otro lado, desde el río, se ve como un marco de vidrio disimulado por la vegetación.
Desde la primera visita al terreno estaba claro que se trataría de un proyecto delicado. El emplazamiento dentro del sitio era fundamental, dado que el lugar sería la principal referencia para la construcción.
Practicantes de ski acuático, los clientes tenían una relación con el río durante los fines de semana por 20 años. Para ellos, el panorama excepcional de los alrededores debía ser parte integral de la casa; para los arquitectos, debía ser un elemento de valorización de los espacios interiores, pero también el punto de vista inverso era importante – la casa sería un elemento de valorización del paisaje.
Identificando el lugar, se procedió a hacer un análisis pragmático de los elementos del proyecto: el programa requería una casa para matrimonio e hijo, una suite para las visitas, de preferencia desconectada de la casa, y una bodega para los equipos de ski, duchas y baño, también separadas de la casa.
La superficie de la casa era inevitablemente pequeña, condicionada por la ruina existente. Por este motivo los primeros croquis de la casa aparecen siempre dependiendo de la ruina… La primera solución presentada, apuntaba a una delicada construcción de madera y ahí surge una nueva condicionante por parte de los clientes – la casa debía ser construida en concreto, “porque los terrenos son muy húmedos, se producen derrumbes con las lluvias invernales, por lo que la casa debe ser muy resistente…”
En tanto, una decisión fundamental reveló la orientación de la casa. Su implantación final, perpendicular a las cotas de nivel busca una mejor relación con el terreno y la plataforma donde se posa, manteniendo intactos los árboles y las zonas circundantes. Esta leve intervención se ve acentuada por el voladizo sobre el acantilado hacia el río, que maximiza la transparencia hacia el rio y reduce la intervención en el terreno.
La casa aparece como un barco encallado, en una referencia dialéctica con la Casa Malaparte de Adalberto Libera. El sistema constructivo parte de las embarcaciones y como referencia a la mesa Less de Jean Nouvel.
Por el hecho de estar semi enterrada en su acceso principal, se disminuye su percepción. Por el otro lado, desde el río, se ve como un marco de vidrio disimulado por la vegetación.
La relación que se establece entre la casa y la ruina define los accesos y la escala de la intervención, dandole una constante presencia a la ruina tanto desde dentro de la casa, como por fuera como un elemento del paisaje.
La plasticidad del concreto en relación con esta vegetación exhuberante es determinante, por lo tanto el moldaje esta cuidadosamente diseñado. El volumen de concreto esta forrado en madera de abedul.
La plasticidad del concreto en relación con esta vegetación exhuberante es determinante, por lo tanto el moldaje esta cuidadosamente diseñado. El volumen de concreto esta forrado en madera de abedul.
Confiamos en el detalle para la definición de la coherencia global de la obra y dimos tanta importancia a los detalles como a la organización completa del conjunto, por que la arquitectura se basa en un sistema de relaciones en que intervienen, al final, todos los elementos.
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