Silla S - Verner Panton
A 40 años de su presentación, sigue siendo uno de los diseños más reconocidos del último siglo.
Verner Panton. De origen danés, desde joven se encontró incómodo en todo lo que no esté relacionado con el trabajo creativo y, por ende, se enfrentó a la convención. Su corta juventud fue interrumpida por la Segunda Guerra Mundial, hecho que impactó en su vida de forma inusual para lo que venimos reseñando por acá. Lejos de abandonar su país, Panton se enlistó en la resistencia contra el ejército alemán. Esta decisión lo sustrajo de sus estudios en la escuela técnica de Odense, donde había sido premiado con una beca gracias a su interés en el diseño.
Terminada la guerra finaliza sus estudios e ingresa a la Real Academia de Artes de Copenhague, donde comienza a contactarse con los principales exponentes del diseño nórdico (uno de los más dinámicos de la época). Terminado su paso por la escuela comienza a trabajar en el estudio del arquitecto Arne Jacobsen.
A mediados de los ’90 el furor por sus diseños, en especial por la silla que reseñamos aquí, resurgió de la mano de algunas apariciones estratégicas.
Vogue llevó la silla a su tapa en 1995, junto a la modelo de moda Kate Moss. Al mismo tiempo, el diseñador gráfico Peter Saville fue fotografiado con algunos de los productos de Panton, generando una gran repercusión. Para la primera década del siglo XXI, Panton (fallecido en 1998) recibiría su merecido espacio dentro del museo del diseño de Vitra (firma que también comercializa la silla S) y un reconocimiento generalizado sobre el impacto de su obra en el área del diseño de interiores.
FUENTE: BLOGYDECO
Verner Panton. De origen danés, desde joven se encontró incómodo en todo lo que no esté relacionado con el trabajo creativo y, por ende, se enfrentó a la convención. Su corta juventud fue interrumpida por la Segunda Guerra Mundial, hecho que impactó en su vida de forma inusual para lo que venimos reseñando por acá. Lejos de abandonar su país, Panton se enlistó en la resistencia contra el ejército alemán. Esta decisión lo sustrajo de sus estudios en la escuela técnica de Odense, donde había sido premiado con una beca gracias a su interés en el diseño.
Terminada la guerra finaliza sus estudios e ingresa a la Real Academia de Artes de Copenhague, donde comienza a contactarse con los principales exponentes del diseño nórdico (uno de los más dinámicos de la época). Terminado su paso por la escuela comienza a trabajar en el estudio del arquitecto Arne Jacobsen.
Tiempo después lo abandona su empleo y su país. Deja de lado las vertientes del diseño que influían la vanguardia danesa para encontrar nuevos rumbos. Se instala en Berna, Suiza, y comienza a trabajar en ideas ligadas a sus intereses, trabajando en el desarrollo de nuevos materiales y diseños futuristas.
Impregnado por las ideas de los años ’60, Panton comienza a jugar con nuevas líneas, colores y materiales. Esta experimentación culmina con el lanzamiento de la silla S Panton. Si bien no es el único logro que se le puede atribuir, es sin duda uno de los más perdurables.
La silla S Panton logró una gran repercusión en los últimos de la década del’60 y durante los ’70. Con el tiempo Panton y sus diseños dejaron paso a otras ideas y quedaron parcialmente en el olvido.
A mediados de los ’90 el furor por sus diseños, en especial por la silla que reseñamos aquí, resurgió de la mano de algunas apariciones estratégicas.
Vogue llevó la silla a su tapa en 1995, junto a la modelo de moda Kate Moss. Al mismo tiempo, el diseñador gráfico Peter Saville fue fotografiado con algunos de los productos de Panton, generando una gran repercusión. Para la primera década del siglo XXI, Panton (fallecido en 1998) recibiría su merecido espacio dentro del museo del diseño de Vitra (firma que también comercializa la silla S) y un reconocimiento generalizado sobre el impacto de su obra en el área del diseño de interiores.
FUENTE: BLOGYDECO
Post a Comment