Casa Periscopio - C+arquitectos
La Casa-Periscopio es la rehabilitación de una ruina situada en un pueblo protegido del alto Ampurdá para convertirse en segunda residencia.
Una cubierta habitable se posa sobre los recuperados muros de piedra ciegos existentes definiendo la volumetría y la envolvente de la vivienda. En el interior los servicios se adosan a los muros a modo de doble piel para liberar el espacio central de las plantas, que pueden reconfigurarse en función de las distintas ocupaciones y usos que desean sus habitantes: campo de fútbol, club nocturno o guarida invernal.
Dos patios, cuya geometría responde a condiciones de soleamiento y vistas introducen luz, ventilación y paisajes al interior ciego, constituyéndose como periscopios caleidoscópicos domésticos.
Se insertan así tres escalas de naturaleza, la microscópica de los musgos de los muros de piedra, la virtual de las imágenes reflejadas en los vidrios-espejo de los paisajes y las espectaculares vistas del entorno que se disfrutan desde la cubierta.
Desde un punto de vista constructivo dado que la vivienda carece de acceso rodado todos los materiales han requerido un transporte y manipulación manual, condicionando dimensiones y sistemas.
Las estrategias que articulan el proyecto son las siguientes:
- Otro “rural”. Se propone conservar al máximo la ruina existente y tomar las normativas de conservación como reglas del juego. En contra de un conservacionismo kitch se incorpora lo existente con todas sus singularidades: naturalezas incrustadas en las piedras, muros desplomados, etc, para realizar la mínima intervención posible y construir una nueva identidad material.
- Construcción de deseos. El programa de necesidades no se articula alrededor de superficies o calidades, sino de material simbólico proveniente de ficciones de los clientes. La vivienda se constituye como un sumatorio de deseos construidos, con sus idiosincrasias específicas: una cabaña en un árbol, una alberca, cuadros-paisaje, olor a madera....
- Performatividad continua. Para estimular la flexibilidad de uso requerida se construye un contenedor para ser apropiado. Los servicios se esconden, los muebles y las divisiones son móviles y las estancias no tienen ni nombre ni propietario, produciendo una indefinición programática que fomenta múltiples formas de estar. Lo doméstico se entiende como una acción con identidad nómada.
- Apropiación de tecnologías y paisajes. La geometría de los patios permite un control de la ventilación y el soleamiento, a la vez que posibilita mediante reflejos la captura de paisajes exteriores. Se convierten así en dispositivos caleidoscópicos que diluyen la relación entre el interior y el exterior de la vivienda, produciendo situaciones en las que se está simultáneamente en las montañas, los árboles y el cielo.
- Arquitectura como estrategia de desaparición. Dado que el exterior está protegido y no tiene fácil visibilidad, el proyecto carece de fachadas o punto de vista estratégico. Todo es interior, que se construye con reflejos y actividades
- Integración de agentes. La vivienda se conforma como un espacio de mediación de agentes: cada miembro de la familia, sus invitados, sus aficiones, sus deseos, el constructor, el emplazamiento, los materiales locales, los paisajes, el clima, el viento, etc. Todos ellos tienen su representación y se ponen en relación a través de distintos dispositivos sociotecnológicos.
- Lo pequeño y sostenible. Por el poco espacio disponible y la necesidad de utilizar sistemas constructivos manipulables a mano se explota la capacidad de agencia de lo pequeño: se tocan y habitan los muros de piedra, las tejas, el suelo con purpurina, etc; cada rincón es un microespacio activable. Por otro lado cada estrategia puede ser leída en términos sostenibles, como la recuperación del patrimonio, el control pasivo de la ventilación y el soleamiento, la ausencia de excavación y movimiento de tierras, la incorporación de energías renovables o la utilización de materiales y proveedores de la región.
La Casa-Periscopio se constituye así como una batidora invisible de paisajes, agentes y deseos que se activa con cada uso.
Arquitectos: C+arquitectos
Ubicación: 17489 La Selva de Mar, España
Equipo de proyecto: Nerea Calvillo con Daniel García, Marina Fernández, Aitor Casero
Área: 209.0 m2
Año Proyecto: 2012
Aparejador: Agustí Vidal
Estructuras: Francisco Poza
Instalaciones: Nieves Plaza
Constructora: Constructora de l’Empordá Juliá Turrá
Fotografías: Miguel de Guzmán
Una cubierta habitable se posa sobre los recuperados muros de piedra ciegos existentes definiendo la volumetría y la envolvente de la vivienda. En el interior los servicios se adosan a los muros a modo de doble piel para liberar el espacio central de las plantas, que pueden reconfigurarse en función de las distintas ocupaciones y usos que desean sus habitantes: campo de fútbol, club nocturno o guarida invernal.
Dos patios, cuya geometría responde a condiciones de soleamiento y vistas introducen luz, ventilación y paisajes al interior ciego, constituyéndose como periscopios caleidoscópicos domésticos.
Se insertan así tres escalas de naturaleza, la microscópica de los musgos de los muros de piedra, la virtual de las imágenes reflejadas en los vidrios-espejo de los paisajes y las espectaculares vistas del entorno que se disfrutan desde la cubierta.
Desde un punto de vista constructivo dado que la vivienda carece de acceso rodado todos los materiales han requerido un transporte y manipulación manual, condicionando dimensiones y sistemas.
Las estrategias que articulan el proyecto son las siguientes:
- Otro “rural”. Se propone conservar al máximo la ruina existente y tomar las normativas de conservación como reglas del juego. En contra de un conservacionismo kitch se incorpora lo existente con todas sus singularidades: naturalezas incrustadas en las piedras, muros desplomados, etc, para realizar la mínima intervención posible y construir una nueva identidad material.
- Construcción de deseos. El programa de necesidades no se articula alrededor de superficies o calidades, sino de material simbólico proveniente de ficciones de los clientes. La vivienda se constituye como un sumatorio de deseos construidos, con sus idiosincrasias específicas: una cabaña en un árbol, una alberca, cuadros-paisaje, olor a madera....
- Performatividad continua. Para estimular la flexibilidad de uso requerida se construye un contenedor para ser apropiado. Los servicios se esconden, los muebles y las divisiones son móviles y las estancias no tienen ni nombre ni propietario, produciendo una indefinición programática que fomenta múltiples formas de estar. Lo doméstico se entiende como una acción con identidad nómada.
- Apropiación de tecnologías y paisajes. La geometría de los patios permite un control de la ventilación y el soleamiento, a la vez que posibilita mediante reflejos la captura de paisajes exteriores. Se convierten así en dispositivos caleidoscópicos que diluyen la relación entre el interior y el exterior de la vivienda, produciendo situaciones en las que se está simultáneamente en las montañas, los árboles y el cielo.
- Arquitectura como estrategia de desaparición. Dado que el exterior está protegido y no tiene fácil visibilidad, el proyecto carece de fachadas o punto de vista estratégico. Todo es interior, que se construye con reflejos y actividades
- Integración de agentes. La vivienda se conforma como un espacio de mediación de agentes: cada miembro de la familia, sus invitados, sus aficiones, sus deseos, el constructor, el emplazamiento, los materiales locales, los paisajes, el clima, el viento, etc. Todos ellos tienen su representación y se ponen en relación a través de distintos dispositivos sociotecnológicos.
- Lo pequeño y sostenible. Por el poco espacio disponible y la necesidad de utilizar sistemas constructivos manipulables a mano se explota la capacidad de agencia de lo pequeño: se tocan y habitan los muros de piedra, las tejas, el suelo con purpurina, etc; cada rincón es un microespacio activable. Por otro lado cada estrategia puede ser leída en términos sostenibles, como la recuperación del patrimonio, el control pasivo de la ventilación y el soleamiento, la ausencia de excavación y movimiento de tierras, la incorporación de energías renovables o la utilización de materiales y proveedores de la región.
La Casa-Periscopio se constituye así como una batidora invisible de paisajes, agentes y deseos que se activa con cada uso.
Arquitectos: C+arquitectos
Ubicación: 17489 La Selva de Mar, España
Equipo de proyecto: Nerea Calvillo con Daniel García, Marina Fernández, Aitor Casero
Área: 209.0 m2
Año Proyecto: 2012
Aparejador: Agustí Vidal
Estructuras: Francisco Poza
Instalaciones: Nieves Plaza
Constructora: Constructora de l’Empordá Juliá Turrá
Fotografías: Miguel de Guzmán
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