Apartamento Rocha - Colombo y Serboli Estudio CaSA
Los arquitectos Matteo Colombo y Andrea Serboli del estudio CaSA han reformado esta vivienda, ubicada en el centro neurálgico de Barcelona, partiendo de un espacio en mal estado y mal distribuido, y disponiendo de un escaso presupuesto. A pesar de que el apartamento se encuentra en la sextra planta de un edificio art noveau, el espacio carecía de cualquier encanto ya que se contruyó en los años 60.
El piso, que debía convertirse en una casa de vacaciones atractiva y contemporánea, fue totalmente repensado y sus tabiques demolidos. El bajo presupuesto hizo que se pusieran en marcha soluciones ingeniosas y se usaran materiales económicos: la cocina se movió para pasar a formar parte del amplio salón y ganar espacio para un dormitorio adicional; el suelo se pavimentó con micro-cemento gris claro mate; se utilizó madera de pino natural; y se dieron unos toques de color a cada una de las habitaciones, mientras al pasillo se le dio dos tonos. El resto se pintó de color blanco.
La vieja terraza, cerrada desde hacía años con un tejado y ventanas de aluminio, se reabrió dando lugar a una nueva zona relax. Este espacio desdibuja los límites entre la terraza y el salón gracias a un tratamiento que trata parte del espacio interior como si fuera exterior: el suelo del interior se levantó al mismo nivel que el exterior; y se utilizaron las típicas baldosas de terracota (rasilla) para revestir el suelo y los nuevos asientos de mampostería.
Estas fronteras se difuminan aún más con el dosel de listones de madera que se ha utilizado en el interior y el exterior, pareciendo atravesar la pared de la fachada. Además, las paredes del interior se han enyesado con el mismo yeso en bruto utilizado en las de la terraza. En el lado opuesto a esta zona, una mesa de bar se prolonga hacia el exterior a través de la ventana de arco recuperada (había sido tapiada) para convertirse en una mesa de comedor al aire libre.
Una de las soluciones adoptadas y adaptadas en diferentes espacios de la casa son unas estructuras tubulares blancas que, combinadas con la superficie compacta Compac en color claro, dan forma a la mesa de bar, la del comedor, la isla de la cocina, la pantalla divisoria de la entrada, las estructuras que aguantan los lavamanos, percheros y toalleros.
La zona de día se abrió completamente y forma un solo ambiente con la zona de relax, la cocina, el salón y el comedor. Una gran puerta pivotante de madera da acceso a la zona de noche. El mismo detalle del tubo blanco vuelve a reaparecer en los tiradores del armario del pasillo, que oculta la lavadora, y en los focos del techo.
El apartamento cuenta con cuatro habitaciones tal como deseaba el cliente. Las cuatro son sencillas y sólo una de ellas -la más pequeña- no dispone de cuarto de baño propio. El baño común, alicatado con cerámica azul y una borada de color amarillo, se abre a un pequeño patio de luces que ha sido recuperado y adornado con plantas. Los tres restantes tienen pinceladas cerámicas en rosa, amarillo o verde claro con una borada en contraste. Las duchas están abiertas también a las habitaciones y separadas por una mampara de cristal. Los taburetes del pasillo, pintados en un tono verde azulado, se utilizan como mesitas de noche.
En las paredes del cabecero de las camas y en la entrada se optó por colgar la hermosa obra gráfica de la artista holandesa Sigrid Calon, que coincide muy bien con el lenguaje de la vivienda.
Proyecto: Apartamento Rocha.
Localización: Barcelona (España).
Año: 2014.
Superficie: 170 m2 + 10 m2 (terraza).
Mobiliario: sillas del salón y mesita de té de Lobster’s Day. Los cojines del área de relax están hechos a medida con una tela japonesa con un motivo de un arco que recuerda a la ventana.
Iluminación: Cronek.
Fotografías: Roberto Ruiz (www.robertoruiz.eu)
El piso, que debía convertirse en una casa de vacaciones atractiva y contemporánea, fue totalmente repensado y sus tabiques demolidos. El bajo presupuesto hizo que se pusieran en marcha soluciones ingeniosas y se usaran materiales económicos: la cocina se movió para pasar a formar parte del amplio salón y ganar espacio para un dormitorio adicional; el suelo se pavimentó con micro-cemento gris claro mate; se utilizó madera de pino natural; y se dieron unos toques de color a cada una de las habitaciones, mientras al pasillo se le dio dos tonos. El resto se pintó de color blanco.
La vieja terraza, cerrada desde hacía años con un tejado y ventanas de aluminio, se reabrió dando lugar a una nueva zona relax. Este espacio desdibuja los límites entre la terraza y el salón gracias a un tratamiento que trata parte del espacio interior como si fuera exterior: el suelo del interior se levantó al mismo nivel que el exterior; y se utilizaron las típicas baldosas de terracota (rasilla) para revestir el suelo y los nuevos asientos de mampostería.
Estas fronteras se difuminan aún más con el dosel de listones de madera que se ha utilizado en el interior y el exterior, pareciendo atravesar la pared de la fachada. Además, las paredes del interior se han enyesado con el mismo yeso en bruto utilizado en las de la terraza. En el lado opuesto a esta zona, una mesa de bar se prolonga hacia el exterior a través de la ventana de arco recuperada (había sido tapiada) para convertirse en una mesa de comedor al aire libre.
Una de las soluciones adoptadas y adaptadas en diferentes espacios de la casa son unas estructuras tubulares blancas que, combinadas con la superficie compacta Compac en color claro, dan forma a la mesa de bar, la del comedor, la isla de la cocina, la pantalla divisoria de la entrada, las estructuras que aguantan los lavamanos, percheros y toalleros.
La zona de día se abrió completamente y forma un solo ambiente con la zona de relax, la cocina, el salón y el comedor. Una gran puerta pivotante de madera da acceso a la zona de noche. El mismo detalle del tubo blanco vuelve a reaparecer en los tiradores del armario del pasillo, que oculta la lavadora, y en los focos del techo.
El apartamento cuenta con cuatro habitaciones tal como deseaba el cliente. Las cuatro son sencillas y sólo una de ellas -la más pequeña- no dispone de cuarto de baño propio. El baño común, alicatado con cerámica azul y una borada de color amarillo, se abre a un pequeño patio de luces que ha sido recuperado y adornado con plantas. Los tres restantes tienen pinceladas cerámicas en rosa, amarillo o verde claro con una borada en contraste. Las duchas están abiertas también a las habitaciones y separadas por una mampara de cristal. Los taburetes del pasillo, pintados en un tono verde azulado, se utilizan como mesitas de noche.
En las paredes del cabecero de las camas y en la entrada se optó por colgar la hermosa obra gráfica de la artista holandesa Sigrid Calon, que coincide muy bien con el lenguaje de la vivienda.
Proyecto: Apartamento Rocha.
Localización: Barcelona (España).
Año: 2014.
Superficie: 170 m2 + 10 m2 (terraza).
Mobiliario: sillas del salón y mesita de té de Lobster’s Day. Los cojines del área de relax están hechos a medida con una tela japonesa con un motivo de un arco que recuerda a la ventana.
Iluminación: Cronek.
Fotografías: Roberto Ruiz (www.robertoruiz.eu)
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