Viviendas en Rocafort - Antonio Altarriba Comes
Un buen proyecto de arquitectura no debe limitarse a resolver adecuadamente la distribuciĆ³n funcional de los espacios o la correcta ejecuciĆ³n del detalle arquitectĆ³nico, sino que debe ofrecernos algo propio, que caracterice al proyecto, que nos hable de las preocupaciones del creador, o incluso de las inquietudes del habitante, si es que Ć©ste ya estĆ” definido, algo que suele ser frecuente cuando nos referimos a proyectos de viviendas unifamiliares.
En primer lugar destacarĆa el principio de unidad visual que gobierna el conjunto de viviendas conocido como BAM-2, una unidad que no era fĆ”cil de conseguir si tenemos en cuenta que el proyecto aglutina tres tipologĆas de vivienda: una tipologĆa unifamiliar aislada (Tipo A) y dos tipologĆas pareadas diferentes (Tipos B y C).
Esta unidad se consigue con el manejo de las volumetrĆas, la materialidad y el color, con un cuerpo pĆ©treo y oscuro que actĆŗa de remate en todo el conjunto, y un zĆ³calo, que se abre a los pequeƱos jardines donde cohabitan el tapiz verde del cĆ©sped, y el agua cristalina de las piscinas.
Pero lo mĆ”s destacable de este principio de Unidad es que, desde el exterior, se ha pretendido preservarlo sin recurrir a la sensaciĆ³n monĆ³tona de piezas que se repiten, una sensaciĆ³n a la que irremisiblemente uno puede verse abocado si trabaja con viviendas pareadas. La alternancia de los tipos, la disposiciĆ³n del tipo C entendido como pieza de remate del conjunto en ambos extremos de la urbanizaciĆ³n, y la consciencia del efecto perspectivo que genera la pendiente del terreno, hacen que en la visiĆ³n de conjunto, Ć©ste se entienda como suma de piezas dispares que se agrupan o sobresalen indiferentemente, consiguiendo la sugerente unidad de la variedad que persigue la arquitectura mĆ”s contemporĆ”nea; y lo interesante es que todo es apariencia, y las piezas son, en algunos casos, las mismas, lo cual economiza el proceso de ejecuciĆ³n.
Otro aspecto interesante del proyecto se descubre cuando uno se adentra en las viviendas, la investigaciĆ³n en torno al patio.
Desde sus orĆgenes, el arquitecto siente especial predilecciĆ³n por conseguir que el interior de sus viviendas respire, no sĆ³lo el aire, la luz y las imĆ”genes a travĆ©s de la piel de fachada, sino desde el mismo interior, algo que desde la antigĆ¼edad ya ha proporcionado el patio. Es cierto que el patio desde un anĆ”lisis estrictamente funcional sĆ³lo se ha utilizado cuando la arquitectura no disponĆa de fachada suficiente para suministrar aire y luz a sus interiores, pero tambiĆ©n es cierto que desde la postmodernidad se han asumido nuevas vĆas que nos insisten en la necesidad de una variedad, incluso de una contradicciĆ³n en la arquitectura. De acuerdo con las propuestas arquitectĆ³nicas mĆ”s recientes, se busca el patio, incluso cuando aparentemente no es necesario, para dotar de lĆrica, poesĆa, a sus interiores. En esta ocasiĆ³n encontramos una de sus propuestas, pues en aras de no perder superficie, el patio se limita de tal forma que se convierte en una escultura de vacĆo que perfora el corazĆ³n de las viviendas. Su superficie reducida, y sus paramentos completamente de vidrio, permiten que la luz y el aire se filtren tenuemente, e, incluso, se hace participe a la vivienda de la agradable sensaciĆ³n visual del agua de lluvia cayendo en los dĆas tormentosos.
Pero esa escultura parelelepipĆ©dica de vidrio que es el patio, no sĆ³lo nos habla de lĆrica, sino que tambiĆ©n sirve de elemento articulador de los espacios, quizĆ”s el tercer punto destacable en este proyecto. Unos espacios que fluyen helicoidalmente en torno a este corazĆ³n de cristal conectando visualmente determinados puntos de la vivienda.
En cuanto a la resoluciĆ³n en planta de los espacios, se percibe una composiciĆ³n en tres bandas, que va de lo pĆŗblico a lo privado, sin renunciar a aprovechar el espacio exterior, con la apertura de grandes vanos que permiten a las viviendas disfrutar de las perspectivas privilegiadas de los jardines, y dotando a los interiores de una calidad atmosfĆ©rica, incluso generĆ”ndose espacios de transiciĆ³n hacia el exterior, especialmente en la zona de acceso, donde parece que las viviendas se hayan rehundido en fachada respecto al plano del volumen pĆ©treo superior, habilitando un espacio exterior cubierto que acoge al habitante para disfrutar del jardĆn y de la piscina que se acopla al conjunto.
Con este Ćŗltimo gesto de aproximaciĆ³n de la pisicina, se pretende consiguir un sugerente efecto lumĆnico, pues el plano de agua consigue recoger los reflejos de la luz que se introducen en el interior de la vivienda. Un efecto, de nuevo, de gran lirismo, que se acentĆŗa cuando, en la oscuridad de la noche, la piscina iluminada hace reverberar sus destellos azulados en los interiores.
Arquitectos: Antonio Altarriba Comes
UbicaciĆ³n: Valencia, EspaƱa
FotĆ³grafo: Diego Opazo
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