Decoracion: 10 ideas para el quincho o la parrilla
Para un asado no hace falta más que brasa y buena voluntad. Para una buena parrilla es mejor, también, agregar buenas ideas.
La comida asada es una de las delicias a la que no nos podemos resistir. Aqui algunas sugerencias para que tengas una experiencia cómo las brasas nos congregan con la promesa de un rico asado o con su brillo y calor desde un brasero o un fogón.
1. Leña a buen resguardo
El guardado de la leña es un factor que no debe descuidarse. Aquí se ideó un hueco –amplio, profundo y a una altura cómoda– para tenerla al resguardo de la lluvia aprovechando la parte trasera de la chimenea que le da calor al living. La pared de cemento rústico evita preocupaciones por rayarla o despintarla. Si bien esta alternativa implica tener que transportar algunos troncos hasta la parrilla, nos asegura que no tengamos bichos cerca del lugar de comer.
Pequeña e integrada al jardín, esta parrilla está cerrada por un murete por el que se hizo trepar una enredadera. Esta cobertura vegetal se convierte en una escultura verde que oculta la leñera y deja al descubierto la parte más atractiva de la estructura: la campana de hierro forjado adornada con grandes tachas y el tiraje. Las macetas confirman la voluntad de camuflarla, cubriendo la base a la que no llega la trepadora.
De excelentes dimensiones, esta parrilla resulta atractiva por varios motivos. En primer lugar, la madera clara combinada con el verde agua de las paredes, que se asocia con las plantas de alrededor.
Cerca del mar o de una laguna, muchas casas que gozan de buena vista se organizan con los espacios sociales en planta alta. Al igual que ocurriría en una vivienda de distribución tradicional, aquí la parrilla se ubicó en un extremo, contigua a la cocina y cerca de un lugar que ofrece reparo, pero en el balcón. Pensando en la coherencia estética, el piso de deck tiene su eco en las tapas de madera oscura que cierran la parrilla. Por estar en un primer piso, la chimenea no necesita de la altura que se exige en muchos barrios cerrados para que el humo no perturbe a los vecinos.
Esta moderna galería sigue al pie de la letra la tónica de los interiores. El techo de encofrado de hormigón sigue hasta afuera, alivianado por una raja de vidrio que baña de suave luz la mesa, de un amarillo verdoso que corta con la sobriedad del gris. La forma de la parrilla, bien larga, acompaña las proporciones generales de la construcción. El ventilador pintado de negro pasa inadvertido colgado de una de las vigas de hierro que forman una T con las columnas.
Con pisos y revoques engamados en tonos tierra, este espacio resulta sumamente cálido. Incluso se asocia bien el color de las sillas de mimbre, que se pudieron elegir para este quincho ya que, al estar techado, no corren riesgo de arruinarse con la lluvia ni el rocío.
Bien rústico, esta zona de parrilla tiene un solado de ladrillo limitado por una pérgola de postes. En primavera y en verano, la mesa quedará protegida por una tupida glicina, y en los días más lindos del otoño y del invierno dejará paso a los bienvenidos rayos del sol.
Una barra de material con tapa de madera marca un límite claro entre el lugar de cocción y la mesa, sin dejar aislado al asador. Por el contrario, es el lugar ideal para que alguno de los comensales se acomode para compartir un buen vino. En un nicho separado, la pequeña pileta suma comodidad. Está iluminada por una lámpara colgante que, al igual que sucede con el ventilador de ratán, reitera el estilo étnico de los ornamentos sobre la pared que le dan un carácter distintivo al espacio.
9. Para exquisitos
Logrado equilibrio entre el espacio y los accesorios con los que sueña el asador fanático y la ambientación, sobre todo porque se trata de un lugar en contacto directo con la casa. De ahí la importancia de la mesa, de líneas sencillas, pero lustrada, que iluminan dos faroles de bronce. Aspectos que hacen más agradable la tarea son la proximidad de la pileta, el asador uruguayo, el brasero en un nicho hecho ad hoc y los amplios canastos para la leña.
Para una noche fresca y también romántica, un brasero cerca de la mesa no puede fallar. De un diseño tan simple como sugestivo, suma el aporte de un material noble como el hierro al hecho de que es transportable. En este caso, no se quiso desaprovechar el clima que genera el fuego, y la ambientación se completó con candelabros, un artefacto colgante que irradia luz tenue y una fantástica pieza de pared, que combina hojas de hierro con pequeños farolitos.
FUENTE: BLOGYDECO
La comida asada es una de las delicias a la que no nos podemos resistir. Aqui algunas sugerencias para que tengas una experiencia cómo las brasas nos congregan con la promesa de un rico asado o con su brillo y calor desde un brasero o un fogón.
1. Leña a buen resguardo
El guardado de la leña es un factor que no debe descuidarse. Aquí se ideó un hueco –amplio, profundo y a una altura cómoda– para tenerla al resguardo de la lluvia aprovechando la parte trasera de la chimenea que le da calor al living. La pared de cemento rústico evita preocupaciones por rayarla o despintarla. Si bien esta alternativa implica tener que transportar algunos troncos hasta la parrilla, nos asegura que no tengamos bichos cerca del lugar de comer.
2. Disimulada en el jardín
Pequeña e integrada al jardín, esta parrilla está cerrada por un murete por el que se hizo trepar una enredadera. Esta cobertura vegetal se convierte en una escultura verde que oculta la leñera y deja al descubierto la parte más atractiva de la estructura: la campana de hierro forjado adornada con grandes tachas y el tiraje. Las macetas confirman la voluntad de camuflarla, cubriendo la base a la que no llega la trepadora.
3. Con todas las luces
De excelentes dimensiones, esta parrilla resulta atractiva por varios motivos. En primer lugar, la madera clara combinada con el verde agua de las paredes, que se asocia con las plantas de alrededor.
La luz está muy bien pensada: spots para no perder el punto de la carne ni aun de noche, artefactos que proyectan luz rasante sobre los muros y otros embutidos que iluminan la zona de la bacha. En ese sentido, resulta elegante y original la opción por una blanca de apoyo con grifería elegante y de corte clásico.
4. Asado en altura
Cerca del mar o de una laguna, muchas casas que gozan de buena vista se organizan con los espacios sociales en planta alta. Al igual que ocurriría en una vivienda de distribución tradicional, aquí la parrilla se ubicó en un extremo, contigua a la cocina y cerca de un lugar que ofrece reparo, pero en el balcón. Pensando en la coherencia estética, el piso de deck tiene su eco en las tapas de madera oscura que cierran la parrilla. Por estar en un primer piso, la chimenea no necesita de la altura que se exige en muchos barrios cerrados para que el humo no perturbe a los vecinos.
5. Estética moderna
Esta moderna galería sigue al pie de la letra la tónica de los interiores. El techo de encofrado de hormigón sigue hasta afuera, alivianado por una raja de vidrio que baña de suave luz la mesa, de un amarillo verdoso que corta con la sobriedad del gris. La forma de la parrilla, bien larga, acompaña las proporciones generales de la construcción. El ventilador pintado de negro pasa inadvertido colgado de una de las vigas de hierro que forman una T con las columnas.
6. Calidez potenciada
Con pisos y revoques engamados en tonos tierra, este espacio resulta sumamente cálido. Incluso se asocia bien el color de las sillas de mimbre, que se pudieron elegir para este quincho ya que, al estar techado, no corren riesgo de arruinarse con la lluvia ni el rocío.
El cuidado en la ambientación se manifiesta también en el diseño de las luces, con un spot que le da luz escenográfica al nicho y una araña para velas que se complementa con un artefacto de tipo industrial. Otro detalle atractivo: las mayólicas que adornan el borde superior de la parrilla.
7. Como en el campo
Bien rústico, esta zona de parrilla tiene un solado de ladrillo limitado por una pérgola de postes. En primavera y en verano, la mesa quedará protegida por una tupida glicina, y en los días más lindos del otoño y del invierno dejará paso a los bienvenidos rayos del sol.
El sencillo juego que forman la mesa de madera dura y las banquetas se enriquece con encantadores detalles, como el mortero sobre una antigua reja de balcón, el farol de chapa o la silla de tractor, donde el asador puede descansar.
8. Con barra y pileta
Una barra de material con tapa de madera marca un límite claro entre el lugar de cocción y la mesa, sin dejar aislado al asador. Por el contrario, es el lugar ideal para que alguno de los comensales se acomode para compartir un buen vino. En un nicho separado, la pequeña pileta suma comodidad. Está iluminada por una lámpara colgante que, al igual que sucede con el ventilador de ratán, reitera el estilo étnico de los ornamentos sobre la pared que le dan un carácter distintivo al espacio.
9. Para exquisitos
Logrado equilibrio entre el espacio y los accesorios con los que sueña el asador fanático y la ambientación, sobre todo porque se trata de un lugar en contacto directo con la casa. De ahí la importancia de la mesa, de líneas sencillas, pero lustrada, que iluminan dos faroles de bronce. Aspectos que hacen más agradable la tarea son la proximidad de la pileta, el asador uruguayo, el brasero en un nicho hecho ad hoc y los amplios canastos para la leña.
10. Romántico fogón
Para una noche fresca y también romántica, un brasero cerca de la mesa no puede fallar. De un diseño tan simple como sugestivo, suma el aporte de un material noble como el hierro al hecho de que es transportable. En este caso, no se quiso desaprovechar el clima que genera el fuego, y la ambientación se completó con candelabros, un artefacto colgante que irradia luz tenue y una fantástica pieza de pared, que combina hojas de hierro con pequeños farolitos.
FUENTE: BLOGYDECO
Post a Comment