Casa Peñaloza - José Miguel Ibáñez
Al momento de desarrollar el encargo recordé mi ciudad natal, una ciudad llamada Concepción en el Sur del país, y como en ella están los aleros, marquesinas que flanquean cuadras completas ofreciendo su protección de la lluvia que es copiosa en Invierno. Luego recordé el Norte donde estos elementos salientes prodigan de sombra ante lo intenso del sol y a su vez se presentan en el centro del país a la manera de galerías abiertas a un patio interior en las construcciones más tradicionales.
FUENTE: TECNOHAUS
Entonces desde un inicio establecí que el alero debía estar como una muestra de potencia, elemento diferenciador y por cierto de propiedad de la memoria colectiva de nuestro código Arquitectónico, prestando utilidad y función. Este alero tensionaría la fachada, generaría un espacio dramático al contrastar en tonalidad y forma con el volumen base de la propuesta, de esta manera la vivienda adquiriría uno de los requerimientos mas insistidos del mandante; “carácter propio”.
Para cumplir la intención que se tenía con la vivienda, ésta tenía que oponerse a las tendencias más noveles de la Arquitectura con muros ciegos hacia la calle; “dicen que está de moda, probando tensionantes y escenográficas estructuras, generando espacios de la plástica primitiva”, OK, puede ser, pues sería lógico suponer que se resguarda privacidad al abrir ventanas y fachadas permeables hacia el patio donde está la intimidad y no abrir una sola ventana hacia la calle. Puede ser correcto para algunos colegas, pero este no era el caso, no aplicaba al emplazamiento desde mi punto de vista.
En la retórica esas viviendas cerradas a la calle y abiertas hacia el patio son un estilo, un capricho, una forma, porque formas hay muchas, pero en la práctica si todos construyeran casas bajo ese precepto el transitar para el peatón por esas calles sería caminar en la tierra de nadie, más propenso al acecho de delincuentes, solo, más disminuido, entonces ¿dónde está el aporte comunitario de una vivienda?, una casa también puede aportar y hacer ciudad por su forma, no solo los edificios aportan.
Por esa razón y como no comparto esa tendencia, abrí la vivienda en grandes ventanales dentro del marco de la modulación de marcos de la vivienda original. De esta manera se iluminaría la circulación vertical de la vivienda y como consecuencia a través de un muro de cristal empavonado al interior iluminarían el estudio y el comedor, generando de noche un efecto particular, dando pie a una radiación de su luz interior hacia el peatón en zonas tan oscuras como lo es la Avenida que enfrenta la fachada, ya que la iluminación nocturna no se encuentra en ambas aceras sino en el bandejón central a un foco cada muchos metros, lo que hace que sea eminentemente oscura por lo que un punto de luz es más que funcional, útil y de resguardo.
A la larga fue tanto así, que el paradero del sistema de transporte publico, fue instalado casi a los pies de la vivienda…..literalmente un aporte al espacio publico, aprovechándose de la presencia de la vivienda para resguardar a los usuarios de servicio nocturno.
A la larga fue tanto así, que el paradero del sistema de transporte publico, fue instalado casi a los pies de la vivienda…..literalmente un aporte al espacio publico, aprovechándose de la presencia de la vivienda para resguardar a los usuarios de servicio nocturno.
De noche y gracias a la iluminación artificial, la vivienda se convirtió en un faro urbano, dado a su ubicación limítrofe entre las Comunas de las Condes y La Reina, en Santiago de Chile. Hoy es punto de referencia para quienes circulan por la Avenida Francisco Bilbao y se aproximan a la rotonda Tomás Moro, donde se produce el cambio de comuna.
Lo caprichoso de la planta en su distribución es un tema que es adjudicación de la forma de habitar de su propietario. La falta de hall es producto de la ordenanza y de lo denso del programa exigido por el mandante donde la vivienda se llevó a su límite máximo en su porcentaje de construtivilidad. De algún manera, la reforma de la norma, ofreció una multiplicidad de problemáticas que fueron solucionadas buscando dotar a la vivienda con una impronta personal y por cierto ser 100% los deseos en función y estilo que los propietarios exigieron al momento de realizar el encargo.
Con un programa arquitectónico denso, mezquina en su emplazamiento dado a lo estrecho y el corte en escorzo de uno de sus deslindes, la vivienda demuestra que se puede estar inserto en la urbe densa y aún así, ofrecer patios de carácter y relajación sublime, como así también erguirse en forma abierta a una arteria altamente transitada y ser imagen en un gesto de aporte urbano sin tener que contar con grandes referentes naturales a los cuales aludir en el diseño, o terrenos de generosas proporciones que permiten libertad en las propuestas de diseño respecto a la norma que rigen la edificación.
Arquitecto : José Miguel Ibáñez Pizarro
Ubicación : Avenida Francisco Bilbao, Las Condes, Chile
Ingeniería estructural: Yuri Torres Aquevedo
Reforma (2008): José Miguel Ibáñez Pizarro
Casa Original (1965) : Desconocido
Construcción: Carlos Montoya E.I.R.L
Sistema constructivo : Albañilería confinada en primer nivel. Segundo nivel; pestañas, ménsulas, muros perimetrales y salientes en Volcometal revestido, afinado y pintado. Alero principal en acero negro canal. Recubrimientos de piso y aleros en piedra pizarra. Pisos en mármoles, porcelanatos y maderas nativas. Ventanas termopanel en cristal Blindex de 9mm
Año proyecto: 2006
Año construcción: 2007-2008
Superficie terreno: 400 m2
Superficie construida: 204 m2 ( 70 m2 existentes + 170 m2 ampliación )
Fotografías: José Francisco Morros / María Pía Pérez
FUENTE: TECNOHAUS
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