Vivienda en Llinars del Vallés - Josep Llinás Carmona
La casa unifamiliar de Llinars del Vallès se sitúa en una extensa urbanización de viviendas unifamiliares en la periferia de esta ciudad de la comarca del Vallès, en la provincia de Barcelona.
La parcela es la suma de dos unidades, de 500 m2 cada una, de manera que la vivienda, dispondrá de algo más de tamaño y amplitud que la media con que se construye la urbanización. Por otra parte, esta parcela de 1.000 m2, se sitúa en la falda de una pequeña colina de manera que el terreno queda 2,5 - 3 m. por encima del nivel de la calle y a su vez ésta, conecta en línea recta con el casco urbano y visualmente con un paisaje montañoso arbolado y extenso.
Esta dirección de llegada, que es a su vez una cuesta ligada a la topografía del terreno coincide con la orientación Este, cuando en realidad la húmeda climatología de la comarca aconseja orientar la casa hacia el Sur. Por otra parte, la geometría de la parcela, de sector circular, no contiene sugerencia alguna sobre la implantación de unos ejes ortogonales a los cuales referir la planta.
De manera que el proyecto se inicia, no como en tantos otros casos, -fijando un límite o un sistema organizado- sino fijando un centro desde el que la casa se desparrama para ocupar, de una manera subordinada la parcela.
De inmediato ese centro se identifica con un estudio-biblioteca, un espacio para trabajar en tiempo de descanso y el resto de la casa se articula (a partir de ese centro) alrededor de un porche que permita actividades domésticas al aire libre. Una pieza que identifica y diferencia estas segundas residencias, de las primeras ligadas al espacio interior y a la ciudad.
Porche y estudio serán los elementos que originan la vivienda y dan lugar a un proceso de trabajo y estudio que enlace estas dos piezas entre sí y cubra asimismo las partes “blandas” del proyecto: dormitorios, cocina, comedor, etc.
El instrumento que se va a utilizar para establecer tal relación será la cubierta. Durante el proceso se generan sucesivas maquetas que pretenden definir esta relación cuya polaridad se manifiesta en vertical, pero también y muy rápidamente, en horizontal: Al suroeste estar y habitación principal, al noroeste cocina y dormitorios de hijos y nietos. Entre ambos brazos el porche. El porche debe ser extenso, pero al mismo tiempo debe tener luz natural: por ejemplo a través de un abatimiento de parte de la cubierta: Que en otro paso se convierte en hueco.
La artificiosidad del sistema para iluminar el porche no consigue hacerse “sitio” en la geometría de la cubierta y finalmente la solución viene por introducir un corte en la cubierta cuando se aproxima al estudio, como si fuera un escote, que nos permite protección del sol pero abundante luz natural del Norte que entra por ese suelo no cubierto, junto al centro de la casa.
A posteriori hemos visto que ésa era la solución al problema que nos habíamos planteado. Pero, en aquellos momentos seguimos probando soluciones: por ejemplo, cubriendo y descubriendo ese vacío-escote.
O Volviendo al tema del agujero en la cubierta, ahora mezclado con el deseo manifestado por la propiedad de disponer de un pequeño solarium en la parte más privada (más alta, entendimos nosotros) de la casa.
Escote reconvertido en abatimiento de cubierta (por debajo de la casa se va organizando en planta).
Para acabar de nuevo con la solución 5, que ahora incorpora la terraza solarium y la voluntad de hacer salir el volumen del estudio desde el suelo de la casa. La alternativa 11, que ya dimos por buena y que volumétricamente insinúa una transición de espacios desde la planta baja a la planta primera, como si la cubierta tirase hacia arriba de las piezas que recoge no tenía traducción alguna en las plantas organizadas como dos plantas autónomas, relacionadas por una escalera común.
La parcela es la suma de dos unidades, de 500 m2 cada una, de manera que la vivienda, dispondrá de algo más de tamaño y amplitud que la media con que se construye la urbanización. Por otra parte, esta parcela de 1.000 m2, se sitúa en la falda de una pequeña colina de manera que el terreno queda 2,5 - 3 m. por encima del nivel de la calle y a su vez ésta, conecta en línea recta con el casco urbano y visualmente con un paisaje montañoso arbolado y extenso.
Esta dirección de llegada, que es a su vez una cuesta ligada a la topografía del terreno coincide con la orientación Este, cuando en realidad la húmeda climatología de la comarca aconseja orientar la casa hacia el Sur. Por otra parte, la geometría de la parcela, de sector circular, no contiene sugerencia alguna sobre la implantación de unos ejes ortogonales a los cuales referir la planta.
De manera que el proyecto se inicia, no como en tantos otros casos, -fijando un límite o un sistema organizado- sino fijando un centro desde el que la casa se desparrama para ocupar, de una manera subordinada la parcela.
De inmediato ese centro se identifica con un estudio-biblioteca, un espacio para trabajar en tiempo de descanso y el resto de la casa se articula (a partir de ese centro) alrededor de un porche que permita actividades domésticas al aire libre. Una pieza que identifica y diferencia estas segundas residencias, de las primeras ligadas al espacio interior y a la ciudad.
Porche y estudio serán los elementos que originan la vivienda y dan lugar a un proceso de trabajo y estudio que enlace estas dos piezas entre sí y cubra asimismo las partes “blandas” del proyecto: dormitorios, cocina, comedor, etc.
El instrumento que se va a utilizar para establecer tal relación será la cubierta. Durante el proceso se generan sucesivas maquetas que pretenden definir esta relación cuya polaridad se manifiesta en vertical, pero también y muy rápidamente, en horizontal: Al suroeste estar y habitación principal, al noroeste cocina y dormitorios de hijos y nietos. Entre ambos brazos el porche. El porche debe ser extenso, pero al mismo tiempo debe tener luz natural: por ejemplo a través de un abatimiento de parte de la cubierta: Que en otro paso se convierte en hueco.
La artificiosidad del sistema para iluminar el porche no consigue hacerse “sitio” en la geometría de la cubierta y finalmente la solución viene por introducir un corte en la cubierta cuando se aproxima al estudio, como si fuera un escote, que nos permite protección del sol pero abundante luz natural del Norte que entra por ese suelo no cubierto, junto al centro de la casa.
A posteriori hemos visto que ésa era la solución al problema que nos habíamos planteado. Pero, en aquellos momentos seguimos probando soluciones: por ejemplo, cubriendo y descubriendo ese vacío-escote.
O Volviendo al tema del agujero en la cubierta, ahora mezclado con el deseo manifestado por la propiedad de disponer de un pequeño solarium en la parte más privada (más alta, entendimos nosotros) de la casa.
Escote reconvertido en abatimiento de cubierta (por debajo de la casa se va organizando en planta).
Para acabar de nuevo con la solución 5, que ahora incorpora la terraza solarium y la voluntad de hacer salir el volumen del estudio desde el suelo de la casa. La alternativa 11, que ya dimos por buena y que volumétricamente insinúa una transición de espacios desde la planta baja a la planta primera, como si la cubierta tirase hacia arriba de las piezas que recoge no tenía traducción alguna en las plantas organizadas como dos plantas autónomas, relacionadas por una escalera común.
De manera que todavía hubo una última versión que recoge esa voluntad ascensional que expresa la cubierta mediante desniveles sucesivos que desde la sala de estar alcanzan un anexo, el dormitorio principal, el estudio y el solarium.
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